I) No escuchamos: «Lo siento, ¿puedes repetir eso?», «Bien, ¿ahora una vez más?», «Uhhhhhh… ¿y de qué estábamos hablando de nuevo?». Conversar con personas en el Espectro Autista puede, a veces, sentirse como hablar con una pared de ladrillos. Puedes encontrar que, sin importar cuántas veces reformules una oración, nunca parece aterrizar y esto puede parecer francamente grosero.
Sin embargo, las personas en el Espectro Autista en realidad no tienen problemas para escuchar tu mensaje, de hecho, probablemente lo escuchamos alto y claro. El problema es que nuestros cuerpos también procesan todo lo demás que nos rodea con el mismo nivel de importancia. Esto significa que un árbol en el viento, un perro que ladra a lo lejos y tu voz puede sonar un poco apagada y mezclada.
Si este es el caso, no te limites a decir «No importa» y aléjate. En vez de eso, intenta preguntarle a la persona en el Espectro Autista si le gustaría moverse a un lugar con menos distracciones o tal vez volver al tema cuando las cosas estén un poco menos ocupadas. Es probable que elevar el tono o ser más agudo/a no cambie nada más que hacer que todos se sientan peor.
II) Parecemos desconfiados: ¿Alguna vez ha intentado planificar un viaje de compras con una persona en el Espectro Autista? ¡La preparación en la que nos adentramos podría avergonzar a un escuadrón de las fuerzas especiales del FBI o la CIA! Sin embargo, esto no nos impide revisar doble, triple y cuádruple los arreglos desde el día del plan hasta el momento del evento y, con razón, puede sentirse demasiado interrogado. Sin embargo, en muchos casos, esto no tiene nada que ver con la persona que estamos poniendo en el centro de atención.
Lo que realmente está sucediendo en estas situaciones es que, dado que las personas en el Espectro Autista trabajan principalmente con certezas, encontramos que la transmisión de un plan perfecto es satisfactoria, de una manera que es a partes iguales agradable y reconfortante. Es más, siempre descubrimos que, si alguien más nos cuenta un plan, parece más definido y, por lo tanto, aún más satisfactorio.
En este caso, simplemente conocer el razonamiento detrás de la acción es una solución, pero, si realmente encuentra tediosas las solicitudes constantes, intenta decirnos en un tono de voz que nos comunique autoridad que ‘nada ha cambiado’. Con eso basta. Gracias, muchas gracias.
III) Nos reímos en momentos inapropiados: No hay un mejor ejemplo de esto que la típica «historia de horror» sobre una persona en el Espectro Autista riéndose incontrolablemente en un funeral e inevitablemente recibiendo miradas de desaprobación de parte de la familia y los amigos del difunto.
La risa en las personas en el Espectro Autista ha llegado a entenderse un poco mejor, y la teoría predominante sugiere que, dado que la risa es uno de nuestros métodos de comunicación más innatos (siendo una de las primeras expresiones que tiene un ser humano antes del lenguaje), podría ser que cuando las personas en el Espectro Autista están experimentando emociones intensas, nuestro cuerpo vuelve inmediatamente a esta respuesta inherente y se ríe.
Posteriormente, interferir con una persona en el Espectro Autista durante este tiempo es decirle que no sienta nada en absoluto y que, si bien está bien trasladarnos a un entorno más aislado, no está bien regañarnos por reaccionar de una manera incorrectamente percibida como de mala educación.
IV) Invadimos el espacio personal: ¿Alguna vez has oído hablar de la amígdala? Es esta masa abultada en forma de almendra la que se encuentra dentro de nuestro cráneo y se cree que es la razón por la que tenemos emociones. Entre otras cosas, la amígdala es excelente para registrar el miedo, cuando algo no está del todo bien y es por eso que, en la mayoría de nosotros, sentimos estrés e incomodidad cuando alguien se acerca demasiado.
Sin embargo, para las personas en el Espectro Autista, nuestras mentes no tienen una relación tan clara con la amígdala y es por eso que, ya sea que los conozcamos por un minuto o una década, no tenemos miedo de invadir el espacio cuando comenzamos un discusión. Por supuesto, esto no explica por qué podemos acercarnos tanto pero nuestra proximidad está directamente relacionada con la pasión que sentimos por la conversación (especialmente cuando se trata de un tema que nos parece muy interesante).
Por lo tanto, si una persona en el Espectro Autista está demasiado cerca de tu espacio personal, no te ofendas. En vez de eso, intenta decirle a él/ella que necesitas algo de espacio, solo recuerda tener tacto.
V) Cancelamos planes en el último minuto: Siempre es un fuerte golpe en el estómago cuando estás arreglado/a y listo/a para salir y, de repente, tu pareja en el Espectro Autista se ausenta inesperadamente. Pero, lo que es más frustrante es cuando esa persona sale con una excusa poco convincente de por qué, es decir, «mi auto se descompuso mientras iba de camino a lavarme el cabello y de repente me enfermé de gripe mientras mi perro se comía mi tarea …»
En realidad, la persona en el Espectro Autista en cuestión probablemente preferiría que todo lo anterior hubiera sucedido ya que, la verdad es que probablemente haya sido atropellada por un camión de ansiedad. No importa cuán decepcionados estén nuestros seres queridos, es probable que nos sintamos el doble de mal por eso.
Entonces, si esto llegara a pasarte, intenta no acumular nuestros problemas y tal vez anímanos a abrirnos sobre la ansiedad que nos invade. Si mencionamos que queremos salir, pero estamos ansiosos por lo inesperado, ofrécenos palabras de consuelo como «Podemos irnos cuando quiera». Además, si la ansiedad es realmente excesiva, ¿por qué no cambiar los planes de la noche a un lugar menos concurrido, como la casa de un/a amigo/a? La diversión no siempre tiene por qué implicar bailar en discotecas y tomar bebidas alcohólicas.
VI) Parecemos arrogantes: De acuerdo, este no es ni la mitad de malo en comparación con los científicos arrogantes y socialmente ineptos que inundan las representaciones del Espectro Autista en el cine y la televisión.
Sin embargo, no es del todo inexacto decir que las personas en el Espectro Autista pueden parecer un poco arrogantes de vez en cuando.
Conocido como ‘síndrome del pequeño profesor’, este comportamiento arrogantes a menudo es una pasión fuera de lugar y surge como resultado de que las personas en el Espectro Autista saben mucho acerca de algo y, posteriormente, quieren compartir hasta el más mínimo detalle de su conocimiento, incluso si ya puede ser más que obvio para la persona con la que estamos hablando.
Si ves esto como molesto o grosero, entonces está bien dejarle saber a una persona en el Espectro Autista que te gustaría hablar sobre otra cosa. Sin embargo, lo más probable es que esto no nos impida continuar con nuestro monólogo, ya que nos brinda una alegría genuina discutir temas que más nos interesan. Incluso si nuestra audiencia no comparte el mismo sentimiento.
VII) Somos demasiado honestos para nuestro propio bien: Pensarías que ser sinceros es algo que querrías promover pero, para proteger los sentimientos de los demás, aparentemente, se espera que mintamos de vez en cuando y, lo que es más, si no lo haces, entonces eres una persona insensible.
Conocido como una mentira piadosa, esto es algo que nos causa mucho dolor como personas en el Espectro Autista, debido a nuestra forma literal de pensar. Sin embargo, estudios recientes sobre personas en el Espectro Autista y mentiras han sugerido que no es tan simple como no mentir porque no podemos. En cambio, los informes de la Universidad de Queen’s han descubierto que, cuando las personas en el Espectro Autista hablan fuera de turno, es porque no estamos dispuestos a fingir y, a menudo, creemos que será menos perturbador, decir la verdad. Sin importar que pueda ser una verdad demoledora.
Dado el razonamiento detrás de esto, creo que haría más daño que bien intentar cambiar este comportamiento en las personas en el Espectro Autista. Por lo tanto, si nos haces una pregunta para la que no te gusta nuestra respuesta, recuerda que se trata de una opinión; opinión que, aunque indiscutible a nuestros ojos, no necesariamente es un hecho.
VIII) Dejamos las conversaciones abruptamente: Como si fuéramos magos, las personas en el Espectro Autista son propensas a desaparecer en un abrir y cerrar de ojos. Sin embargo, a diferencia de los magos, no somos exactamente sutiles al respecto. Esto a veces se puede observar cuando estamos justo en medio de una conversación y luego, una vez que hayamos abierto al boca, abracadabra, estamos listos para irnos.
En verdad, conversar pueden ser un trabajo duro para las personas en el Espectro Autista, ya que encontrar el significado detrás de la combinación de expresiones, palabras y tono de voz es un proceso largo y agotador. Por el contrario, somos nosotros los que podemos quedarnos atrás en las conversaciones y, con tanta información nueva bombardeándonos, nuestro instinto de lucha o huida automática se activa y nos vamos de allí.
Si quieres ayudar a una persona en el Espectro Autista en estas circunstancias y asegurarte de que nos ausentemos prematuramente, danos muchas oportunidades para pedir más información en caso de quearnos atrás y, tal vez, considera hablar más despacio aunque no tan lento que nos aburrimos o sentimos que nos están hablando como niños pequeños.
IX) Hacemos mucho ruido: Aunque a menudo se dice que las personas en el Espectro Autista son introvertidas, parece que nuestras bocas no captaron el mensaje, ya que muchos de nosotros luchamos por mantener un volumen bien nivelado. Esto puede llevar a muchos momentos inapropiados en lugares como hospitales o museos donde, a pesar de que se fomenta el silencio, inadvertidamente hacemos más ruido de lo socialmente apropiado.
En muchos casos, esto se vincula con los dificultades que tenemos para regular nuestros sentidos, ya que es posible que no nos demos cuenta de lo ruidosos que estamos hablando, porque todo suena relativamente al mismo volumen. De manera similar, al medir los sonidos en otros lugares, podríamos creer incorrectamente que necesitamos hablar para que nos escuchen en el fondo, incluso si nuestra voz solo compite con el sonido de un bibliotecario que se mueve a unas pocas habitaciones de distancia.
Esto es difícil de manejar ya que, si alguien es así una vez, es probable que lo vuelva a hacer, incluso durante la misma conversación. Por esta razón, simplemente explícanos que es posible que tengamos que estar un poco más tranquilos, pero hazlo con sensibilidad y paciencia.
X) No siempre seguimos las reglas: Hay muchas reglas en la vida que tenemos que aprender y que nunca nos enseñan. Por ejemplo, decimos «gracias» por un regalo independientemente de si nos guste o no. El problema es que estas sutiles pautas sociales están en todas partes y, la mayoría de las veces, las personas en el Espectro Autista las rompen sin pensarlo dos veces.
Obviamente, no es la intención de una persona en el Espectro Autista romper estas reglas, es solo que, como la mente autista trabaja en absolutos, es decir, favoreciendo las cosas que son ciertas sobre las que no lo son, puede ser difícil entender muchos de estos actos. Por ejemplo, si alguien pregunta «¿cómo estás?», no siempre quieren saber cómo estás, solo quieren que digas «bien» y luego puedes seguir adelante. .
Sin embargo, aunque las personas en el Espectro Autista no son muy buenas para recibir el mensaje cuando el mensaje no ha sido claro, somos increíbles para memorizar lo que se nos dice y somos brillantes para seguir las instrucciones al pie de la letra.
Fuente: Sinclair, J. (2020). 10 «Rude» Things Autistic People Do (And What They Really Mean). Autistic & Unapologetic. Recuperado de (https://autisticandunapologetic.com/2020/07/11/10-rude-things-autistic-people-do-and-what-they-really-mean/). Traducido Por Maximiliano Bravo.