¿Cómo Ser El/La Profesor/a Que Tus Alumnos En Espectro Autista Necesitan?

Son muchos los ejemplos de profesores que han denigrado, maltratado o silenciado a sus alumnos en el Espectro Autista.

Tales alumnos les han asignado hacer tareas monótonas y repetitivas muy por debajo de sus capacidades. Han llegado a creer que son «flojos» o «lentos» porque eso es lo que han escuchado una y otra vez cuando la verdad es que su ritmo de aprendizaje es distinto al de sus compañeros. E incluso han llegado a rechazar ir al colegio porque no se sentían seguros ni apoyados allí tras la exclusión que han sufrido a lo largo de los años.

Y los profesores han hecho todas esas cosas y otras mucho peores sin darse cuenta del daño que le están causando a sus alumnos que viven la condición.

¡Tú puedes ser mejor!

Tú puedes ser el/la profesor/a que tus alumnos necesitan. Puedes celebrar al Espectro Autista mientras te apegas a estándares más altos. Puedes proporcionar una educación sólida, igualdad de acceso al plan de estudios y una vida de autonomía y sueños.

Comienza con esto:

I) Cree que tus alumnos en el Espectro Autista son capaces

¿Qué crees acerca de sus alumnos? ¿Qué historias y estereotipos has interiorizado? Porque no puedes darles a tus alumnos lo que necesitan hasta que construyamos una creencia profunda de que son capaces y dignos tal como son. No necesitan ser reparados. No necesitan ser «normales».

Puede comenzar llenando tus redes sociales con voces realmente Autistas. Investigar el modelo social de la discapacidad. Aprender acerca de tus alumnos en el Espectro Autista con esta información es más importante que un rígido programa de contenidos curriculares. Es demasiado fácil usar nuevas herramientas pero continuar con viejos patrones. Este cambio te permitirá comenzar a ver a tus alumnos. Notarás la forma en que resuelven problemas y perseveran. Notarás su conocimiento y lo creerás sin necesidad de probarlo. Verás la alegría y la celebración de acompañar a un niño en la búsqueda de sus pasiones, simplemente porque sí.

Estarás comprometido/a con los sistemas de comunicación con todas las palabras. Te darás cuenta de que nadie necesita atención conjunta neurotípica antes de tener una voz. Te darás cuenta de esto porque escucharás sus voces todo el día, incluso cuando no estén hablando. Querrá explorar la lectoescritura, las matemáticas y la escritura creativa. Te darás cuenta de que nadie necesita superar algún número en una prueba de coeficiente intelectual o sostener un lápiz para acceder a una educación integral; solo necesita respaldar su acceso a él. Cada uno de tus alumnos puede ser un miembro valioso de su comunidad, tal como es.

II) Empoderar las voces de tus alumnos

Apoyar las voces de los alumnos en el Espectro Autista es el trabajo más importante que tenemos.

Nuestra primera prioridad debe ser dar a los alumnos acceso a un sistema completo de idiomas. El sistema puede ser de alta tecnología, baja tecnología o tecnología media, pero debe ser más que unas pocas opciones, más que solo nombres. Tus alumnos necesitan sustantivos, verbos, pronombres, acciones, palabras con sentimientos… todos los sentimientos.

Necesitan palabras para protestar, palabras para quejarse y palabras para decirnos que no les gusta lo que estamos haciendo. Necesitan acceso al alfabeto. Necesitan sistemas que puedan usarse hoy y adaptarse para el mañana. Necesitan personal de apoyo que no limite sus palabras basándose en estereotipos dañinos o creencias intolerantes. Necesitan que escuchemos lo que ya están diciendo, que elevemos y expandamos su voz actual, que dejemos de creer que el habla, o incluso las palabras, son las únicas formas válidas de comunicarse.

Todo se reduce a esto: no hay daño en proporcionar acceso a todas las palabras. No hay daño en modelar el lenguaje todo el día todos los días en una forma a la que los estudiantes puedan acceder y generar. Así que esto es lo que hacemos: proporcionar acceso a múltiples formas de comunicarse. Modele vocabulario y mensajes sin expectativas, sin perforar, sin perder la autonomía que es inherente a tener una voz.

Entonces escucha.

III) Respetar el «no» de cada alumno

Con demasiada frecuencia, a los alumnos en el Espectro Autista les dicen: «no decimos que no a los profesores» o, lo que es peor, les manipulan sus cuerpos para que realicen una acción cuando se resisten. Necesitas reconocer que el “no” tiene muchas formas: empujar objetos, caer al suelo y, a veces, cuando nos negamos a escuchar, agresión. Todos estos “comportamientos” son resistencias al despojo de la autonomía de un estudiante. ¿No haríamos todos lo mismo?

Los niños y adultos con discapacidades son abusados ​​a tasas más altas que las personas neurotípicas o sin discapacidad. Cuando ignoramos la negativa de un/a alumno/a, cuando manipulamos sus cuerpos sin consentimiento, les estamos diciendo que decir “no” es aceptable. Les estamos diciendo que sus cuerpos no son suyos.

A los alumnos se les debe permitir decir que «no». Y también puedes ayudar a los alumnos a elaborar compromisos, porque casi siempre hay una forma de satisfacer las necesidades tanto del profesor como del alumno. Pero si no lo hay, entonces las necesidades del alumno son lo primero. Quizás te tomes un descanso y vuelvas a la actividad. Quizás te des cuenta de que necesitas aumentar las acomodaciones, o adaptar la actividad. Tal vez te des cuenta de que te equivocaste o necesitas disculparte. Todas las cosas te hacen mejor, no más débil. El verdadero liderazgo en el salón de clases proviene de relaciones llenas de respeto, no de reglas autoritarias.

IV) Satisfacer las necesidades sensoriales

Las necesidades sensoriales no son una elección.

Es necesario crear un ambiente que permita las diferencias sensoriales, con una variedad de herramientas para que las usen todos los alumnos. Básicamente: ¡Dejarlos ser!. La mejor forma de crear un plan a la medida las necesidades sensoriales de un/a niño/a es priorizar sus preferencias individuales. Desafortunadamente, las discusiones de los profesores se convierten en «moldear» la necesidad sensorial de un/a alumno/a en algo cómodo para el resto del grupo. Luego, el/la profesor/a decide qué, cuándo y dónde es aceptable que el/la alumno/a exprese su necesidad. Esto no está bien. Esto es pedirles a tus alumnos en el Espectro Autista que se camuflen para tu conveniencia.

Un salón de clases sensorialmente amigable para los alumnos en el Espectro Autista, por ejemplo, tiene espacios para estar tranquilos, espacios para hacer ruido, una amplia variedad de artículos para hacer stimmings tan diversos como agitar o masticar. Ellos tienen permitido estar de pie, sentarse en diferentes sillas, caminar y estar en el espacio de cualquier forma que funcione para su cuerpo. Para los alumnos que aún no saben lo que necesitan, exploramos y jugamos con estos elementos a medida que descubren qué los hace sentir seguros y cómo defenderse a sí mismos.

El mayor temor es que estas cosas distraigan. O: «¡Pero entonces todos querrán usarlo!» ¿Y eso qué? Este también era el temor cuando los salones de clases comenzaron a usar asientos flexibles, pero los profesores aprendieron rápidamente que esto ayuda a todos los alumnos. Si cambiamos nuestra cultura social a una de aceptación y acomodación, entonces puedes enfocarte en satisfacer las necesidades de tus alumnos en lugar de eliminar las distracciones. Esto será mucho más satisfactorio para todos.

V) Crear previsibilidad

Esta es una de esas cosas que pueden ser difíciles de entender para un cerebro no Autista. Muchas personas anhelan el cambio y la novedad, pero tus alumnos no suelen ser esas personas. Es comprensible la ansiedad que surge con los cambios de horario o los artículos extraviados del salón de clases. Estas parecen pequeñas cosas, pero no se sienten pequeñas para sus cuerpos.

Cuando estructuramos nuestras rutinas de clase, aumentamos la capacidad de tus alumnos para mostrar sus habilidades. Creamos espacios donde tus alumnos pueden sentirse más en control de su mundo. Esto no solo significa previsibilidad en su horario escolar, aunque eso es importante. Significa previsibilidad en la forma en que respondes a tus alumnos. Significa previsibilidad en tus expectativas de trabajo. Significa establecer principios y fines claros para las asignaciones que les das. Significa que preparamos a tus alumnos cuando ocurrirá el cambio. Significa que te identificas con ellos cuando dicho cambio produce ansiedad o frustración.

Las estructuras visuales y basadas en texto pueden ser una ventaja increíble para establecer estas rutinas, y tienden a ser mis adaptaciones más utilizadas. Puede ayudar a caminar a sí mismo a través de tu día, tus lecciones, tus proyectos estudiantiles. ¿Qué se puede hacer explícito? ¿Qué recordatorios visuales puedes ofrecer? Fotos de expectativas? ¿Modelos del trabajo terminado? ¿Instrucciones escritas para corresponder con nuestras instrucciones verbales? Puede ser tan simple como un dibujo en una nota adherible o tan tecnológico como una agenda digital. No se trata de la herramienta en sí. Se trata de evaluar las necesidades de tus alumnos y satisfacerlas.

VI) Los adultos se adaptan y acomodan, no los alumnos

Los profesores deben ser los que cambien. En un mundo que pide a las personas en el Espectro Autista que se adapten todo el tiempo, los salones de clases pueden ser espacios seguros donde los adultos se adapten a los alumnos por una vez. Puedes adaptar la forma en que das instrucciones. Puedes adaptar tu trabajo. Puedes adaptar el ambiente físico. Puedes satisfacer las necesidades de tus alumnos.

Por ejemplo, cuando tu alumno/a en el Espectro Autista se sube a la mesa, considéralo como una una señal de que necesitas cambiar algo. Como mover los muebles. O incrementar las oportunidades de información propioceptiva. Crear imágenes para aclarar dónde él/ella puede subirse y dónde no. Cuando tu alumno/a no pueden mantenerse concentrado/a durante toda la duración de una historia temática, entonces puedes crear un texto adaptado. O incrementar las oportunidades de una respuesta activa. Permitir que los alumnos se paren y se muevan mientras escuchan. Cuando un/a alumno/a está en modo «luchar o huir», no recurras a forzarle a aceptar un «NO» rotundo. Piensa en lo que puedes cambiar para disminuir esta respuesta al estrés. Cambia, adáptate. Eso es ser el adulto en la habitación.

Los profesores deben estudiar el Diseño Universal para el Aprendizaje y las tecnologías asistivas y adaptativas. La lista de opciones es amplia, desde tiempo de espera y temporizadores hasta libros electrónicos y soportes de escritura digital. Las adaptaciones consisten en cambiar el entorno físico a través de rampas, iluminación y asientos. También tienen que ver con las adaptaciones en la presentación, las expectativas y el desempeño. Muchos profesores fueron alumnos en una cultura de pocas o nulas acomodaciones, lo que dificulta pensar fuera de esa caja. Deja que estas exploraciones amplíen tus herramientas para satisfacer las necesidades de tus alumnos. Las adaptaciones y la tecnología de asistencia proporcionarán equidad y acceso a tus alumnos si las adoptas como un elemento central de tu salón de clases. Acceso al plan de estudios general, a las aulas de educación general, a las actividades comunitarias y mucho más.

El futuro es accesible, si nos esforzamos para que así sea.

VII) Pregúntate: ¿por qué?

Esta pregunta es crucial.

Antes de decidir qué habilidad enseñar o que se debe cambiar un “comportamiento”, pregúntate por qué.

Desafortunadamente, cuando muchos de nosotros profundizamos, la respuesta suele estar ligada a normas neurotípicas de comportamiento o desarrollo. Todavía se gastan abundantes cantidades de dinero en investigación para eliminar los stimmings. ¿Por qué? Porque se ve diferente. Existen grupos de habilidades sociales. ¿Por qué? Porque queremos que las interacciones sociales se vean más «normales». Se pasan años en «saludos» o imitación vocal. ¿Por qué? Porque los niños neurotípicos hablan. Porque los niños neurotípicos saludan a los demás al entra a una tienda.

Estas razones no son válidas. Está bien que tus alumnos hagan stimmings. Está bien que sus conversaciones se vean diferentes. Está bien que quieran compartir sus pasiones. Está bien no decir «hola».

Necesitamos centrar nuestra atención en las habilidades que tus alumnos quieren, en habilidades que aumentarán su calidad de vida, mientras les permiten sentirse orgullosos de ser Autistas.

La educación especial dedica mucho tiempo al plan de estudios «funcional» y las habilidades «sociales». Sin embargo, ¿Cuánto tiempo dedicamos a algunas de las habilidades más funcionales: instrucción real de alfabetización? ¿Sentido de los números? ¿Autodefensa? ¿Proyectos que permitan a tu alumno/a explorar y expandir sus pasiones?

Y, lo que es más importante, ¿Cuánto tiempo dedicamos a enseñar a los alumnos neurotípicos las habilidades que necesitan para ser mejores amigos de sus compañeros en el Espectro Autista? ¿Sobre la creación de un salón de clases donde los niños neurotípicos acomoden a los niños en el Espectro Autista? Hemos estado pidiendo a tus alumnos que viven la condición que se adapten a nosotros durante décadas. No es justo. No está bien. Tiene que llegar a su fin.

VIII) “Comportamiento” significa que algo anda mal

Seamos claros: La palabras “comportamiento” está entre comillas porque esa palabra se usa de forma dañina con los alumnos en el Espectro Autista. La cultura de la educación especial etiqueta todo lo que no le gusta como “comportamiento” que debe reducirse o eliminarse. Me refiero a signos de angustia, como llanto, agresión, autolesiones o bloqueo. Estas no son cosas para eliminar. Estas no son cosas para reforzar o ignorar.

Son señales de que algo ha ido mal para tus alumnos.

A los niños les va bien cuando se sienten bien. Si no están haciendo algo bien, significa que no pueden hacerlo bien. Esto no es una cuestión de motivación o fuerza de voluntad; se trata de que las expectativas ambientales excedan las habilidades y capacidades que poseen tus alumnos en ese momento. No puedes simplemente rastrear «lo que sucede después» y manipular el ambiente para deshacernos de las cosas que nos hacen sentir incómodos. La vida existe más allá de la atención, lo tangible, el escape y el refuerzo automático.

Debes empatizar con tus alumnos. Debemos escuchar sus voces. Debemos tomar nota de hacia qué gravitan para calmarse a sí mismos. Debemos dar descansos, reducir exigencias y estar presentes. Esto no significa estar en su espacio, a menos que ellos lo deseen. Significa que escuchamos, en lugar de tratar de encontrar la forma más rápida de superar un «comportamiento».

Después de que pasa el momento difícil, trabajamos con tus alumnos para hacer los cambios que necesitan. Examinamos el horario de tu alumno/a, el ambiente sensorial, las adaptaciones y los apoyos. Puedes darte cuenta de que alguien no estaba respetando la voz de tus alumnos, especialmente si dijeron o indicaron “no”. Es posible que descubramos que alguien estaba suprimiendo los estímulos y otras habilidades de afrontamiento que necesitan tus alumnos en el Espectro Autista. Es posible que necesitemos intercalar descansos más frecuentes o proporcionar acceso a una herramienta diferente (por ejemplo, texto a voz, CAA, asientos flexibles, preparación, esquemas visuales o un millón de otras estrategias). La conclusión es que nos adaptamos y acomodamos, no eliminamos.

También nos aseguramos de trabajar con sus familias para garantizar que reciban el apoyo médico que necesitan. El dolor Autista se ignora con demasiada frecuencia por los profesores médicos. Ellos necesitan un equipo estuviera dispuesto a escuchar su voz y tratar su dolor. La mayoría de los niños y adultos en el Espectro Autista pasan demasiado tiempo antes de que alguien los escuche.

Conclusión: Tú puedes y debes hacerlo mejor

Muchos adultos en el Espectro Autista han sentido que sus profesores nunca los escuchaban. Recuerdan llorar en el suelo. Recuerdan ese dolor de tener necesidades insatisfechas. Recuerdan el agobio de camuflarse tan intensamente, todos los días. Y un largo etcétera.

Todo lo anterior sin distinguir entre alumnos hablantes y no hablantes, Más aún habiendo logrado a duras penas tener un buen rendimiento académico… Es aún más doloroso que tus alumnos sigan sintiéndose completamente excluidos en el ambiente escolar.

Entonces así serás él/la profesor/a que tus alumnos necesitan: Escuchando sus voces Autistas. Deja que ellos te digan lo que necesitas hacer.

Fuente: Miss A. (2019). HOW TO BE THE TEACHER OUR AUTISTIC STUDENTS NEED. Thinking Autism Guide. Recuperado de (https://thinkingautismguide.com/2019/09/how-to-be-teacher-our-autistic-students.html). Traducido Por Maximiliano Bravo.

Deja un comentario