5 Formas De Utilizar Tu Generosidad (Con Límites) Para Profundizar Tus amistades

La generosidad es una cualidad notable que tiene el poder de mejorar nuestras vidas. No solo nos permite crear relaciones más estrechas con los demás, sino que también nos brinda un apoyo invaluable en tiempos difíciles.

Uno de los beneficios importantes de la generosidad es su capacidad para ayudar a las personas a mantener amistades sólidas y significativas. Cuando mostramos actos de generosidad, como ofrecer nuestro tiempo, recursos o apoyo, mostramos a los demás que realmente los valoramos. Esto, a su vez, fortalece el vínculo entre las personas y las anima a permanecer cerca, sabiendo que tienen a alguien que los cuida activamente.

Si bien la generosidad generalmente se considera encomiable, es importante reconocer que también puede tener desventajas. Un posible inconveniente es la tendencia a dar hasta no quedar nada por un sentimiento de culpa u obligación. Cuando las personas se sienten obligadas a ser generosas sin considerar su propio bienestar, esto puede provocar agotamiento, agotamiento y abandono de sus propias necesidades.

Además, la generosidad excesiva puede provocar un giro hacia el resentimiento. Cuando las personas constantemente dan más allá de sus posibilidades o límites, pueden comenzar a sentirse aprovechados o despreciados. En última instancia, esto puede provocar amargura o abstinencia. Por lo tanto, si bien la generosidad es una cualidad maravillosa, es esencial lograr un equilibrio y asegurarse de practicarla de una manera que sea sostenible, respete los límites personales y priorice el cuidado personal.

Entonces, ¿Cómo funciona la generosidad de forma sana en las amistades?

I) Encuentra el equilibrio entre dar y recibir: Encontrar un equilibrio entre dar y recibir es crucial para construir relaciones saludables. Ser generoso/a y hacer cosas que beneficien a los demás es esencial, pero es igualmente importante recibir algo a cambio. No necesitas recibir algo tangible. La satisfacción de generar un impacto positivo en la vida de alguien puede ser más que suficiente. Eso depende de tus necesidades personales.

Sin embargo, incluso si consideras que dar es un don en sí mismo, trata de no dejar que las cosas lleguen tan lejos como para convertirse en un/a dador/a abnegado. Anteponer constantemente las necesidades de los demás a las suyas puede ser perjudicial para tu salud mental y dañar tus relaciones. En su lugar, trata de lograr un equilibrio entre tus necesidades y las de los demás. No tengas miedo de comunicar tus propias necesidades y sé también receptivo a las necesidades de los demás. Esto crea un equilibrio que ayudará a ambas personas a evitar el resentimiento o la culpa.

II) Comprende tus motivos para ser generoso/a: Ser generoso/a con tus amigos es una hermosa forma de mostrarles amor y apoyo, y puede fortalecer los vínculos entre ustedes. Sin embargo, es fundamental asegurarte de que tu generosidad provenga de un cuidado genuino y no de una necesidad de validación o afecto de los amigos. Cuando damos porque buscamos amor o aprobación, ponemos una carga nociva sobre nuestras amistades que puede hacer que empiecen a desmoronarse.

Esto se conoce como un estilo de dar ansioso. El dar ansioso surge de un lugar de inseguridad y miedo. Cuando damos desde un lugar de ansiedad, lo hacemos porque tememos perder el afecto o la aprobación de la otra persona. Podemos dar para intentar ganarnos el amor o el perdón de alguien. O quizás sea porque nos sentimos culpables por no haber hecho lo suficiente en el pasado. Dar con ansiedad puede ser perjudicial para las relaciones porque puede parecer desesperado o manipulador y puede generar un sentimiento de obligación o resentimiento por parte del destinatario.

Por otro lado, cuando damos desde un lugar de amor, creamos un espacio para el aprecio mutuo. Es más probable que nuestros amigos respondan positivamente cuando sienten que nuestra generosidad proviene de un deseo genuino de apoyarlos y animarlos. A esto se le llama estilo de dar segura. Es un estilo de generosidad que surge de un lugar de abundancia y confianza en nosotros mismos y en nuestras relaciones. Cuando damos con seguridad, lo hacemos libremente y sin esperar nada a cambio. Damos simplemente porque queremos alegrar el día de otra persona o porque se alinea con nuestros valores y sentido de propósito.

III) Basa tu generosidad en el mutualismo: El mutualismo describe los niveles de beneficios que ambas personas reciben de una amistad, así como el grado de apoyo que se brindan mutuamente. También es una forma de determinar dónde se deben establecer los límites en una relación determinada.

Cuando están en una relación mutua, aún pueden establecer límites, pero es posible que deban ser más flexibles con los límites que establezcan. La pregunta no es si puedes estar allí para un amigo, sino de qué manera puedes estar allí para él/ella. El mutualismo implica que ambos están comprometidos con el éxito de la relación y dispuestos a hacer concesiones para garantizar que se satisfagan las necesidades de ambas personas.

Por ejemplo, si un/a amigo/a está pasando por un momento difícil, es posible que puedas ajustar tus límites para ofrecerle el apoyo que necesita, incluso si no es algo para lo que normalmente tendrías la capacidad. Y, por otro lado, si no puedes cumplir con todas sus expectativas, entenderán que tus límites sólo pueden doblarse hasta cierto punto sin causarte daño.

En las relaciones donde hay menos mutualismo, esa comprensión no existe. Es más fácil encontrar a alguien dispuesto a exigirle sin esa voluntad de ceder. En estos casos, está bien establecer límites más firmes para protegerse. Aún puedes mostrar generosidad y preocuparte por estos amigos, pero sé consciente de tu propio bienestar y no comprometas tus límites.

IV) Evita la dependencia excesiva: Es fácil empezar a contactar a alguien constantemente, esperando que siempre esté ahí para ayudarte. Se siente bien tener amigos constantes en quienes confiar en una crisis. Pero esto puede conducir rápidamente a una relación unilateral e insostenible. En cambio, es importante considerar las necesidades de la otra persona y no sólo las suyas.

Considera si al menos estás tratando de estar disponible para tu amigo/a tanto como él/ella está disponible para ti. ¿Alguna vez te acercas a ellos sólo para pasar tiempo juntos o es sólo cuando estás lidiando con un problema? ¿Qué tan consistente eres y en qué medida depende la calidad de tu amistad de tu nivel personal de crisis?

Al igual que con el acto de hacer amigos, ofrecer apoyo debe ser algo intencional. Asegúrate de que tu amigo/a sepa que estás disponible para él/ella. Y aún puedes pedirles su apoyo. Pero debes asegurarte de ofrecerlo a cambio y de no utilizarlos como cajero automático de soporte.

V) Sé intencional con tu generosidad: Cuando se trata de generosidad, es crucial abordarla con intencionalidad. Evita caer en la trampa de dar simplemente por sentido de obligación, ya que este camino puede conducir al agotamiento y al agotamiento. En cambio, sé consciente y consciente de su generosidad. Tómate el tiempo para comprender lo que tiene importancia tanto para ti como para tus amigos. Al alinear tus actos de generosidad con tus valores y las necesidades de los demás, puedes asegurarte de que tu generosidad sea significativa e impactante. Aceptar la intencionalidad en la generosidad permite conexiones auténticas, límites respetuosos y la creación de un ambiente enriquecedor tanto para los donantes como para los receptores.

Fuente: (2023). How to Use Generosity (with Boundaries) to Deepen Friendships. La Concierge Psychologist. Recuperado de (https://laconciergepsychologist.com/blog/generosity-boundaries-friendships/). Traducidp Por Maximiliano Bravo

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